BARBECHO por Angel Asensio,Dtor Teatro Barakaldo
Señalar que el título de vuestro nuevo trabajo es para mi muy sugerente porque provengo del medio rural mas humilde y cuando las tierras quedan o se dejan en barbecho, de una parte se responde de forma sabia y práctica al cuidado que se debe dar a la tierra explotada en exceso y más en las zonas donde sacar adelante una cosecha anual no resulta fácil. Por otra parte, ese descanso del estrés anual que la tierra padece porque se le exige rendimiento, vida y fruto constantemente, a la larga es mejor y rentable porque esa tierra descansa, se oxigena, mira a las tierras colindantes, cuando se aran y siembran con un poco de holgazanería y desdén rezongando por dentro…en definitiva… se prepara a conciencia y, humildemente, acepta sus limitaciones momentáneas para los años siguientes en los que, de nuevo, será explotada sin descanso para lucir como buena tierra feraz, productiva… en danza.
Algo de este nos está pasando en el mundo escénico en general…No está de más pasar algún tiempo en BARBECHO para volver con fuerza al escenario creativo o de la gestión..aunque se tenga en ocasiones la sensación de tierra abandonada, aparentemente descuidada… Las aguas, vientos o el cierzo, los fríos de otoño, del crudo invierno y la inquieta primavera, con muy poco abono, convertirán nuestras humildes tierras escénicas en tierras vibrantes, lozanas y llenas de riqueza….
Yo no tengo miedo a quedar en Barbecho de vez en cuando, soy optimista ante las dificultades, como lo sois la gente de la danza… no formo parte de las exuberantes tierras de tres y cuatro cosechas anuales de la rica ribera navarra y aragonesa… soy, más bien, por deseo de los hados, de las faldas mas áridas del Moncayo… Me crié de niño entre las lomas, valles y las estepas grises invernales colindantes en el triangulo fronterizo navarro-riojano-soriano. Me siento errante por las tierras con fronteras poco o mal definidas por los torreones, adaptado a la hostilidad y el cambio…Soy de esas tierras que se dejan en barbecho porque sus moradores deben irse sabiendo que, en abril y mayo las planicies sorianas de las tierras de Agreda son un vergel…las tierras que estuvieron en barbecho se hacen puro recuerdo y la vida sigue ligera, en danza, acariciada por la brisa primaveral. Me gusta saber que la tierra que se deja en barbecho no se ha olvidado de sus buenos tiempos, está a la espera, parece que holgazanea pero en el fondo vigila y se dedica a mirar al cielo sin prisa con una espiga en la boca. ¡¡¡ Vendrán tiempos mejores, compañeros…!!!!
Pues eso, en BARBECHO.
Angel
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